"Contra toda pronóstico, contra toda evidencia, el chiquito pega a veces tremendo baile al grandote invencible…nuevos tejidos están naciendo…los movimientos sociales alternativos no sólo se expresan a través de los partidos políticos y los sindicatos…se da sobre todo a nivel local, pero por todas partes, en el mundo entero, están surgiendo mil y una fuerzas nuevas brotan desde adentro hacia fuera, desde abajo hacia arriba. Sin alharacas, están poniendo el hombro a la refundación de la democracia, nutrida por la participación popular…uno de sus voceros, Manfred Max-Neef, los define como una nube de mosquitos…Más poderosa que el rinoceronte, es la nube de mosquitos. Que crecen y crecen, zumban y zumban."

Eduardo Galeano.


miércoles, 13 de enero de 2010

Hace un año, la Franja de Gaza amanecía entre humo, bombas, y fósforo blanco. Y parece que los Reyes habían decidido traer carbón a esos árabes malos que no aún no habían entendido que en las elecciones nunca se vota a quien realmente se quiere.

Los militares lo llamaron "Operación Plomo Fundido". Y es que ya se sabe, son maestros de lo táctico, de las grandes partidas de estrategia que juegan con la vida, y también, por lo que parece, son grandes artistas de la literatura, malabaristas expertos de los eufemismos. Así que el plomo se fundió, y cayó sobre más de 1400 personas: se derramó en las escuelas, en los hospitales, en los almacenes en que se guarda comida y medicamentos.

Sí, el plomo se fundió, y los militares contaron los muertos como victoria, mientras las televisiones dejaron de hacer caja con una masacre que poco a poco han ido perdiendo en el olvido.

Pero la realidad es que en Gaza, aún hoy, el plomo continúa fundido y perdido entre las calles: las escuelas derruidas, los cristales rotos, la creciente y eterna represión sionista...

Desde aquí no nos gustan las conmemoraciones, ni recordar por recordar que en Palestina hubo una masacre... Porque en Palestina la masacre ocurre todos los días. Y no sirve de nada acordarse cada año, o cada vez que vemos en la televisión que otro misil despistado salió en dirección a Israel.

En Palestina muere gente, personas reales que quizán no salen en las tácticas de los militares, ni tampoco en muchos de nuestros periódicos, ni en las grandes reuniones de los burócratas internacionales...

No se trata de recordar; se trata de no olvidar lo que ocurre (sí, en estos mismos momentos) y denunciar: a ese estado sionista y genocida como el israelí, al gobierno español que se lucra vendiendo armas a Israel, a todos aquellos medios de comunicación que se encargan de esconder que lo que ocurre en Palestina es un auténtico genocidio...

Se trata de que, como dijera Marcos, aparezca una grieta, en la oscura habitación de la muerte, y se permita de una vez por todas que ese pueblo oprimido y luchador como el palestino, pueda construir su futuro sin la amenaza de las bombas, de la niebla que no es niebla si no fósforo blanco, sin la amenaza de una máquina de matar como es el sionismo que le quiere convertir en polvo, en cenizas, en olvido...

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Mira aquí el trailer de un documental sobre la invasión de Gaza: esto es lo que realmente ocurre en Palestina